Precios cuidados, ¿alimentos saludables?

18:56 | Programa de la Secretaría de Comercio de la Nación para contener la inflación. Falta coordinación con Salud.

El gobierno actualizó el Programa “Precios Cuidados” acordando nuevos precios con las empresas para productos que son de consumo masivo, congelándolos por 3 meses. Este programa, iniciado en 2014 en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, continuado en la gestión de Mauricio Macri y relanzado la semana pasada por Alberto Fernández, tiene como propósito fijar precios de referencia que sirvan también para que productos similares, aunque no incluidos en este listado, se anclen en estos valores y de esta manera defiendan a la población, particularmente la de menores ingresos, de los efectos nocivos de la inflación.

De los 311 productos incluidos, 60% son alimentos y bebidas; de estos, más de 1/3 son alimentos y bebidas consideradas poco saludables por tener exceso de azúcares, grasas, sal o por ser productos alcohólicos como vinos o cervezas. En este listado, sólo poco más de 10% son productos frescos como carnes, frutas, verduras, legumbres y lácteos.

De acuerdo a la 4ta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y a la 2da Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, ambas publicadas en 2019 por nuestra gestión al frente del Ministerio de Salud de la Nación, 2/3 de los adultos y 40% de los niños y adolescentes, respectivamente, tienen sobrepeso u obesidad.

En los adultos, la obesidad aumentó 75% desde la primera encuesta realizada en 2005 y cada vez se concentra más en los pobres, al igual que la mayoría de las enfermedades crónicas como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y algunos tipos de cáncer, observándose una diferencia muy importante entre el quintil más bajo y el quintil más alto de nivel socio-económico.

En los niños y adolescentes, el panorama es también devastador. Los niños más pobres son quienes hoy están más expuestos a la epidemia de malnutrición por exceso.

Mientras que la malnutrición por déficit (bajo peso y baja talla) se ha mantenido estable en menos de 2% desde la primera encuesta en 2005, la malnutrición por exceso ha aumentado casi 50%, superando 13% en los menores de 5 años. Siete de cada 10 escuelas públicas ofrecen algún tipo de alimento o bebida a los chicos pero mayoritariamente es pastelería o bebidas azucaradas, y los niños compran habitualmente esos mismos productos en los kioskos escolares. No es de extrañar entonces que mediciones realizadas a esos mismos chicos al terminar la escuela, muestren que no 1/3 sino la mitad tienen exceso de peso u obesidad al terminar la escuela.

El plan ASI (alimentación saludable en la infancia) que lanzamos en el segundo semestre de 2019 y que alcanzó ya a 15 provincias, buscaba entre sus objetivos mejorar la calidad de los programas de asistencia alimentaria para que los alimentos utilizados para combatir la inseguridad alimentaria tengan mayor proporción de alimentos con calorías de mayor valor nutricional como frutas, verduras, carnes y lácteos, que no necesariamente son menos asequibles que las harinas, bebidas azucaradas u otros productos ultraprocesados de menor valor nutricional.

Más allá de que el programa “Precios Cuidados” tiene un único objetivo anti-inflacionario, independientemente de cuán saludables son sus productos, sorprende que en ninguno de los gobiernos anteriores así como tampoco en este gobierno se aproveche este “relanzamiento” como oportunidad para aumentar la oferta de productos saludables e incentivar su consumo.

De hecho, se ha ponderado la inclusión de productos de primeras marcas como Coca-Cola cuando esta empresa sólo incluyó en la lista la Coca-Cola regular con azúcar-consumida preferentemente por los segmentos más pobres de la población- y no incluyó sus bebidas sin azúcar o “light”, consumida por los segmentos más ricos. De más está decir que las bebidas azucaradas son una de las principales causas de sobrepeso y obesidad en el mundo y que la Argentina encabeza los rankings de consumo de bebidas azucaradas per cápita a nivel global.

La malnutrición infantil por exceso es hoy el principal problema de salud pública que condiciona la agenda sanitaria futura de nuestro país. Estos niños, si no actuamos ahora, tendrán más chances de padecer enfermedades crónicas cuando sean adultos. Y así como la pobreza genera enfermedad, la enfermedad perpetúa la pobreza y también compromete el desarrollo económico y social de los países.

En este sentido, es necesario promover de todas las maneras posibles el consumo de alimentos y bebidas saludables así como productos frescos, de mayor valor nutricional. Es fundamental que las políticas de la Secretaría de Comercio en relación a los alimentos y bebidas, en general muy influidas por la industria alimentaria, se alineen con las políticas de alimentación saludable del Ministerio de Salud, para proteger tanto el bolsillo como la salud de todxs los argentinos.

Adolfo Rubinstein es ex ministro de Salud de la Nación.

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