Nuestras dos realidades

11:54 | Por David Dos Santos. Los correntinos, todos, nuestra sociedad, podemos percibir emociones distintas según cuál sea el escenario político que se analice, ya sea el provincial o el nacional, aunque en verdad no se puedan separar totalmente. Vivimos en una provincia que es parte integrante de la Nación argentina, y por lo tanto una completa escisión impracticable.

Si nos fijamos en la realidad política provincial encontramos el gobierno constituido por la alianza Encuentro por Corrientes con un fuerte liderazgo que desde la UCR ostenta Ricardo Colombi, con la participación de distintas fuerzas políticas y sociales, con quienes hay coincidencias básicas en razones fundamentales de estado que exceden lo meramente electoral. Hay en virtud de ello una administración prolija y previsible con un estricto cumplimiento de las obligaciones del Estado en términos de sueldos, servicios y obra pública en general. Esto, producto de la experiencia, la vocación de servicio y de la plena conciencia de lo que significa administrar recursos, que son públicos, es decir de todos los que contribuyen con el aporte de su esfuerzo.


Observamos también una actitud de gran respeto por las instituciones, sean públicas  o privadas que actúen en cualquier ámbito de la sociedad; por lo que respiran un aire de libertad en el desempeño de sus actividades, de modo que ven facilitada la tarea para el cumplimiento de sus fines específicos. Por todo ello decimos que estamos viviendo un período de fortalecimiento institucional en beneficio de la consolidación de la democracia.


Estos factores analizados anteriormente nos llevan la paz social, en la que cada ciudadano, cada institución, tiene la mira únicamente puesta en el cumplimiento de sus objetivos más caros, sin percibir riesgos o inestabilidades que distraigan o preocupen.


Tampoco podemos decir que no tenemos carencias y aspiraciones inconclusas porque sería engañarnos, de ninguna manera podemos pensar así. Pero el escenario planteado más arriba justamente es el marco más propicio para el debate, el disenso, y finalmente los consensos para el arribo a las soluciones a nuestros problemas, muchos de ellos de larga data, y han atravesado gobiernos de distintos signos políticos. A veces consecuencia de políticas erróneas nuestras o también devenidas de un federalismo mal entendido por parte del gobierno nacional.


Concluyendo con esta breve mirada a la situación política, vemos que en general, la sociedad puede confiar en un alto porcentaje en el gobierno provincial, dado que a nadie se le ocurre pensar que la economía está tambaleante, que sus ingresos están en riesgo, o que cualquier institución puede ser intervenida sin causa justa, o que la paz social está comprometida.


Si nos trasladamos a la realidad política nacional las cosas pueden ser bastante distintas. Para poder establecer un paralelismo equilibrado entre Nación y Provincia veamos los mismos tres aspectos.


Si nos referimos a la situación económica encontramos dos flagelos, uno dependiente del otro, agobiantes para todos: la caída del valor de nuestra moneda y la inflación. Son dos duros escollos que nos esperan cada día que afrontamos; que nos tensionan y en muchos aspectos nos derrotan, haciéndonos pagar con pérdida de calidad de vida en algunos casos, y con carencias en los más graves, cuando resignamos en nuestras necesidades primarias como salud, alimentos, vestimentas etc.


No son pocas las voces, a veces del mismo partido del gobierno, que acusan a los conductores del área económica nacional de inexperiencia, improvisación y demás calificativos del mimo tenor, endilgándoles la responsabilidad directa de las penurias por las que pasamos los argentinos por estos tiempos.


Cuando analizamos la relación con las instituciones salta rápidamente a la vista una situación igualmente complicada, por ejemplo, cómo el Gobierno nacional confronta y, si se nos permite la expresión, hasta agrede a la justicia cuando le resulta adversa.


Públicamente y desde los más altos estamentos gubernamentales escuchamos que muchas veces se le dirige un trato hostil,inapropiado para una democracia que quiere y debe consolidarse. Nos preguntamos, ¿cómo un juez o cualquier funcionario judicial, va a actuar con objetividad y enmarcado estrictamente en la ley cuando desde otro poder del mismo gobierno se plantea este clima? ¿Queda garantizado el servicio de justicia para todos los ciudadanos de esta manera?

¿Cómo queda nuestro Senado Nacional ante la Argentina y el mundo cuando se sostiene a un Vicepresidente con cinco imputaciones graves y dos procesamientos en la justicia?, ¿qué queda de esa investidura?, ¿cuál es la asimilación que hacen los jóvenes en formación ciudadana respecto a este hecho?, ¿qué valor dan a la institución del Senado?


Y en cuanto a la paz social, requisito imprescindible hasta para una vida saludable, encuentra un escenario enredado con la presencia de la inseguridad y el narcotráfico. De los cuales también podemos decir que interactúan, con los preocupantes hechos que estamos viendo cotidianamente como resultado.

Es distinta entonces la percepción que la sociedad tiene cuando mira con agudeza la responsabilidad con que se cumplen las tareas de gobierno desde la provincia y la nación. Es también distinta la credibilidad que inspiran los equipos responsables de ambos gobiernos.


En honor a la verdad y como lo planteamos antes en nuestra opinión, no se pueden separar completamente estas realidades porque estamos inmersos en ellas, pero a poco que profundicemos en la observación, rápidamente captamos cuáles conductas son las que nos garantizan el país esperado y merecido hacia el futuro.
Comentarios
Por favor ingrese los caracteres de la imagen
InicioNoticiasComisionesLegisladoresArchivoLinksEn vivoConcejo DeliberanteContacto

www.sobretablas.com 2009 - 2024 | Todos los derechos reservados | Periodismo legislativo - Provincia de Corrientes - Argentina

NEWSLETTER